Sendero Veredón – Mojón Blanco (P. N. Sierra Mágina)

En esta ocasión, nos vamos “De rutas por”  la provincia de Jaén, por el Parque Natural de Sierra Mágina.  Al borde de la campiña jienense, contigua al Parque Natural Sierra Mágina y con unas cimas que coquetean con los 1500 metros de altitud, se eleva la sierra de la Peña del Águila. Surcada por caminos centenarios de pastores, en ella confluyen los términos municipales de Mancha Real, Torres y Pegalajar. El sendero aprovecha uno de aquellos antiguos caminos, la vía pecuaria Colada Fuente de la Teja, para mostrarnos a complejidad, riqueza y belleza del macizo calcáreo, y allí donde el camino se aproxima al frente acantilado, deleitarnos con unas panorámicas extraordinarias sobre el valle del Bercho, la cuerda de Mágina, la Sierra Sur de Jaén y, en un día claro, los picos de Sierra Nevada.

Datos Técnicos:

  • Trayecto: Lineal
  • Longitud: 4 Km aprox. (ida)
  • Dificultad: Media
  • Punto de inicio: Vía pecuaria Vereda Real Úbeda-Granada (5 km de Pegalajar).
  • Track: rutas@derutasporlanaturaleza.es
  • Tipo camino:  Pista Forestal, Sendero
  • Recomendaciones: Llevar agua potable y vestimenta y calzado adecuados. No abandonar basura. Evitar encender fuego. Respetar el entorno natural del camino. No molestar a las gentes del lugar.

El inicio del sendero se encuentra a unos 5 kilómetros de Pegalajar, en el cruce de la vía pecuaria con un carril agrícola que, desde el pueblo, se abre paso por el océano de olivos. Entre olivos aún, el sendero se adentra por un camino de tierra y piedras sueltas en la Zona de Especial Conservación (ZEC) Estribaciones de Sierra Mágina. Este espacio actúa como corredor ecológico y comprende cuatro áreas separadas entre sí que rodean al Parque Natural de Sierra Mágina, proporcionando alimento y un lugar seguro para el descanso, el cortejo y la crianza a numerosas especies, entre las que destacan el águila perdicera (Aquila fasciata), el águila real (Aquila chrysaetos) y el halcón peregrino (Falco peregrinus).

A 100 metros del inicio, el sendero describe una curva hacia la izquierda. Abandonamos aquí el carril para continuar por una senda que se dirige a la montaña. En otros 100 metros, el olivar deja paso a un bosque de pino carrasco (Pinus halepensis) mezclado con encinas (Quercus ilex), algún quejigo (Quercus faginea), enebros (Juniperus) y otros matorrales mediterráneos que nos acompañarán en buena parte del camino.

Ascendemos por una empinada pendiente para llegar, envueltos en los olores del monte mediterráneo, al cruce con el sendero Peña del Águila. Por la izquierda, en el cruce, se une un tramo de unos 100 metros que conecta nuestro sendero con la carretera del Repetidor (una carretera que atraviesa la sierra desde Mancha Real al Pico Almadén). Nosotros continuamos por la vereda de la derecha, acompañados por los sonidos de pequeñas aves como el herrerillo capuchino (Lophophanes cristatus), el Carbonero común (Parus major) o el Piquituerto común (Loxia curvirostra). Donde el pinar clarea, el encinar y la pradera cobran protagonismo; un lugar de encuentro entre ecosistemas donde es posible sorprender al azor e incluso al águila imperial ibérica.

Estas masas arboladas, junto al matorral y los pastizales, constituyen elementos de gran importancia en la conectividad ecológica de la ZEC, pues amplían las áreas de dispersión y proliferación de una gran variedad de especies silvestres, favoreciendo el intercambio genético entre poblaciones.

En unas decenas de metros, junto a unos mojones de piedra que marcan el límite del monte público, el sendero sale del bosque para asomarse al filo del acantilado. Desde aquí, la vista se extiende sobre la umbría del Bercho, una de las zonas más escarpadas y salvajes de Pegalajar. Hasta el siglo XVI, el Bercho fue un cazadero de osos de la realeza; según el Libro de la Montería de Alfonso X: “un lugar importante de caza mayor, rico en Jabalí (Sus scrofa Linnaeus), Ciervo (Cervus elaphus), Lobo Iberico (Canis lupus signatus), osos (Ursus arctos)  y una vegetación cerrada”. La panorámica sobre el omnipresente tapiz de olivos, que asciende incluso por las laderas de Sierra Mágina, es también espectacular.

Con una pendiente cada vez más empinada, el sendero continúa 400 metros por la cornisa, hasta que vuelve a meterse en un pinar. La densidad de árboles es tan grande que la luz no llega a las partes más bajas de los pinos, cuyas ramas no verdean hasta una cierta altura. Al llegar al paraje del Posteruelo el pinar se desvanece, dando paso a las encinas y a una vegetación de matorrales y bulbos, hociqueados a menudo por Jabalí (Sus scrofa Linnaeus. En primavera y otoño, es posible avistar el paso migratorio de rapaces como el halcón abejero (Pernis apivorus), que viaja en grupos de varios individuos.

El último repecho hasta el Mojón Blanco lo recorremos sobre un incómodo lapiaz tapizado de gamones. Aquí se cruzan varias vías pecuarias, se conectan los 3 términos municipales y finaliza nuestro sendero. Solo queda recuperar el aliento y disfrutar de la panorámica que se abre, brutal, en todas direcciones. Al norte, se distinguen el valle del Guadalquivir y Sierra Morena. Al este, en Sierra Mágina, el cerro Aznaitín y las dos cuerdas centrales del Parque Natural con sus emblemáticos cerros de más de 2000 metros de altitud: Cárceles, Ponce, Almadén, Peña de Jaén, Pico Mágina y Miramundos. También se observan la Sierrezuela, la Sierra Sur de Jaén, la sierra de Cazorla, Sierra Nevada, las poblaciones de Pagalajar y Mancha Real y la ciudad de Jaén.

📸 FOTOS

Fotografías y vídeo: Propios

Texto junta de Andalucía adaptado

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