Sendero “Subida al Picacho” (P.N. Los Alcornocales)

En esta ocasión, nos vamos “De rutas por” la provincia de Cádiz, por el Parque Natural Los Alcornocales. La subida al Picacho, cumbre emblema del parque natural, nos permitirá conocer de cerca la sierra del Aljibe, segunda más alta de la provincia, de la que buena parte de ella quedará a nuestra vista. El recorrido, necesitado de autorización especial, nos conduce entre bosques de alcornoques (Quercus suber), de quejigos (Quercus faginea), o de ribera a la cresta desnuda de este monte en la que la vegetación se torna austera, pero hábilmente adaptada a los fuertes vientos, al clima extremo y a la falta de suelos. Desde ella, entre tajos y lajas de difícil acceso, levantan las rapaces sus vuelos.

Datos Técnicos:

  • Trayecto: Lineal
  • Longitud: 4 km aprox. (ida)
  • Dificultad: Media
  • Track: rutas@derutasporlanaturaleza.es
  • Tipo camino: Sendero
  • Punto de inicio: Área recreativa El Picacho (Cádiz)
  • Recomendaciones: Llevar agua potable y vestimenta y calzado adecuados. No abandonar basura. Evitar encender fuego. Respetar el entorno natural del camino. No molestar a las gentes del lugar. 

Comenzamos nuestro recorrido frente al área recreativa El Picacho. Algarrobos (Ceratonia siliqua), lentiscos (Pistacia lentiscus) y acebuches (Olea oleaster) acompañados de imponentes ejemplares de encinas (Quercus ilex), alcornoques (Quercus suber) y quejigos (Quercus faginea), sombrean el sendero.

Tras un breve ascenso, llegamos a la laguna del Picacho, y descubrimos el pico al que seguiremos ascendiendo. La laguna, estacional, recoge las aguas del otoño e invierno, y apenas las conserva en verano. Es fuente de alimento y abrevadero para los animales de estos bosques. En sus aguas verdosas
habitan anfibios, reptiles, insectos y plantas acuáticas.

Cerca de la laguna pasaremos junto a un antiguo horno de pan, para escuchar después el sonido del agua que anuncia nuestra llegada a la Garganta de Puerto Oscuro, nacimiento del río Barbate. En él nos encontramos un precioso bosque de ribera formado fundamentalmente por alisos, junto con algún que otro quejigo y almez.

A través de un puente de madera cruzamos el arroyo, lo que nos permite apreciar la frondosidad de los alisos (Alnus glutinosa), con sus vistosas hojas y sus frutos con aspecto de pequeñas piñas que maduran a finales de verano, pero que aguantan en el árbol, vacías, durante bastante tiempo. Después, atravesaremos la pista que se dirige al refugio y a la cumbre del Aljibe.

Tras remontar Puerto Oscuro, la vista del majestuoso Picacho dirige el recorrido final que debemos afrontar. Un bosque de alcornocales nos ofrece la posibilidad de reponer fuerzas antes de afrontar el último esfuerzo.

La falda del Picacho es serpenteada por algunos arroyuelos que han permitido que veamos, de nuevo, una vegetación parecida a la de la garganta de Puerto Oscuro e, incluso, con algún bello ejemplar de rododendro (Rhododendron), reconocible por sus hojas de un color verde intenso y forma de elipse.

La subida se va haciendo cada vez más dura. El alcornocal va dejando paso al pinar, con ejemplares centenarios de colosal tamaño, entre un matorral formado ahora por brezo (Calluna vulgaris), madroño (Arbutus unedo), lentisco (Pistacia lentiscus), etc.

El paisaje se transforma en el Puerto de las Calabazas. Los fuertes vientos y el suelo pedregoso impiden el crecimiento de plantas de mayor tamaño, salvo algún chaparro y matorral de pequeño porte, las llamadas herrizas, con endemismos y especies singulares como el atrapamoscas, planta carnívora que compensa así la escasez de nutrientes de este suelo.

Tras superar un fuerte escarpe, alcanzamos, por fin nuestro objetivo: el Picacho, con vistas sobre buena parte de la provincia que sabrán recompensar nuestro esfuerzo.

📸 FOTOS

Fotografías y vídeo: Propio

Texto adaptado Junta de Andalucía

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