En esta ocasión, nos vamos “De rutas por” la provincia de Cádiz, por el Parque Natural Los Alcornocales. Aunque de cierta dificultad debido a su longitud y desnivel, este sendero, que para ser recorrido necesita autorización, asciende al punto más alto del parque natural, recompensando sobradamente nuestro esfuerzo. Ruta de antiguos carboneros y acceso actual de corcheros, el camino conoce todavía el paso de herraduras arrieras que penetran en el alcornocal o atraviesan esta sierra, con sus cargas de corcha a cuestas. A vista de pájaro, conoceremos gran parte de estas tierras y a quienes las pueblan.
Datos Técnicos:
- Trayecto: Lineal
- Longitud: 7 km aprox. (ida)
- Dificultad: Media
- Track: rutas@derutasporlanaturaleza.es
- Tipo camino: Carril – Sendero
- Punto de inicio: Área recreativa El Picacho (Cádiz)
- Recomendaciones: Llevar agua potable y vestimenta y calzado adecuados. No abandonar basura. Evitar encender fuego. Respetar el entorno natural del camino. No molestar a las gentes del lugar.
El inicio de nuestro sendero se encuentra en el área recreativa El Picacho. Tras unos primeros pasos, nos encontramos con la laguna del Picacho , uno de los lugares de mayor belleza y encanto, rodeada de alcornoques (Quercus suber), quejigos (Quercus faginea), acebuches (Olea oleaster), lentiscos (Pistacia lentiscus) y, al fondo, el imponente Picacho.

Iremos rodeando la laguna y al poco tiempo descubriremos los restos de un antiguo horno de pan, restos muy significativos de la actividad humana en este espacio natural.
Cruzaremos por un puente de madera el arroyo de Puerto Oscuro, tributario del río Barbate, donde podremos observar la vegetación de ribera, con los alisos (Alnus glutinosa) y adelfas (Nerium oleander) como especies más representativas.

La vereda está bien marcada y nos conducirá hasta la pista forestal. Aquí el sendero se divide en dos, el ascendente conduce al Picacho, pero nosotros continuaremos por la pista asfaltada hasta llegar al refugio que será un buen lugar para concedernos un pequeño respiro y continuar luego, por el camino que lo bordea, hasta la cumbre del Aljibe.

Desde el refugio hasta la cumbre nos separa un desnivel de quinientos cincuenta metros, por un camino
directo, compartido, en temporada, con reatas de mulos que transportan la saca de corcho, como antes transportaron el carbón de los boliches. Paso a paso vamos ganando altura. A nuestras espaldas va quedando el Picacho, mientras se distingue perfectamente, por la textura de su vegetación y su orografía, el canuto de Puerto Oscuro.

Si vamos atentos, a la izquierda podremos encontrar una fuente y, en sus inmediaciones, algún ejemplar de acebo (Ilex aquifolium). Poco después, la pista se bifurca con las crestas de la sierra ya al alcance de la mano. Seguiremos siempre hacia la izquierda, siempre subiendo y confiando en la recompensa de disfrutar, desde lo más alto, de las vistas que se nos vienen anunciando durante el ascenso.
La vegetación arbustiva es ahora sustituida por diverso matorral de montaña, muy adaptado al terreno y a los vientos predominantes de esta zona.

Destaca, por encima de los ochocientos metros, el roble melojo (Quercus pyrenaica), distinguible por permanecer en el tallo sus onduladas hojas, ya secas, sin llegar a desprenderse.
Hemos llegado a la cumbre del Aljibe, desde la que tendremos, si las nieblas no lo impiden, las prometidas vistas, parecidas a las que deben tener las rapaces cuyos vuelos animan estos cielos.

Justo al lado izquierdo hay otro promontorio, por cuya base hemos pasado anteriormente, conocido como la Pilita de la Reina

📸 FOTOS
Fotografías y vídeo: Propias
Texto adaptado Junta de Andalucía