En esta ocasión, nos vamos “De rutas por” la provincia de Jaén, por el Parque Natural de la Sierra de Andújar. Sierra Morena es una gran espacio natural de importancia internacionalmente reconocida. De su vasto territorio procede gran parte de los recursos hídricos que se consumen en la cuenca del Guadalquivir, especialmente para abastecimiento urbano. El sendero se inicia en uno de sus reservorios de agua y discurre por espacios en los que encontraremos la explicación de su valorada calidad, que no es otra que la de la conservación del monte mediterráneo, de las dehesas y de otros ecosistemas donde habitan numerosos animales, entre ellos el Lince ibérico (Lynx pardinus)
Datos Técnicos:
- Trayecto: Lineal
- Longitud: 16 km aprox (ida)
- Dificultad: Media
- Punto de inicio: Presa del Rumbla
- Track: rutas@derutasporlanaturaleza.es
- Tipo camino: Pista forestal
- Recomendaciones: Llevar agua potable y vestimenta y calzado adecuados. No abandonar basura. Evitar encender fuego. Respetar el entorno natural del camino. No molestar a las gentes del lugar.
Emprendemos el camino paralelo a la máxima cota del embalse, para alejarnos al poco del mismo por las movidas Lomas del Mesonero en dirección oeste.
La presa del Rumblar, finalizada en 1941, tiene 65 metros de altura y una capacidad para 126 Hm3 de agua embalsada, que se destina fundamentalmente para riego.

Nos rodea un monte mediterráneo formado por especies características, entre las que destaca la encina (Quercus ilex). Un lugar donde campan a sus anchas numerosos animales que se benefician del agua, y también del microclima, del gran lago artificial. Después de dos kilómetros y medio de camino el relieve y la vegetación cambian radicalmente, internándonos en un llano con olivares y espacios abiertos donde pacen reses bravas. Es un lugar adecuado para avistar Ciervo (Cervus elaphus), sobre todo durante la época de la berrea en otoño.

Tras cruzar un arroyo y pasar por otras tierras de labor, rodearemos el imponente conjunto de La Nava de Andújar o Santa Amalia, que posee, entre otras construcciones, su propia ermita y escuela, ya que en el habitaban numerosas familias de trabajadores de la finca. Inmediatamente después de la cortijada volvemos a un terreno forestal más accidentado aledaño a la sierra de Mosquila, cuyo cerro más destacado veremos frente a nosotros.

Recorriendo los dos kilómetros de dehesas que separan La Nava de la Casa del Friscalejo tendremos la oportunidad de avistar alguno de los numerosos animales que aquí habitan. No será difícil ver Ciervo (Cervus elaphus) si vamos atentos y en silencio. Con frecuencia se acercan a los abrevaderos que veremos en el entorno de la casa. Mucho más difícil es ver un Lince ibérico (Lynx pardinus), pero nos llamará la atención la colaboración entre propietarios y Administración para proteger esta emblemática especie, de la que se informa con señales en el camino.

Más adelante el camino rodea la Casa del Gorgogil, poniéndonos al pie de la sierra Mosquila donde encontraremos, después de una curva, el nacimiento del arroyo del Gorgogil. Continuamos subiendo por la ladera del Mosquila, que tras un cortafuegos volvemos a encontrar con una cobertura vegetal más densa y arbolada. A nuestra derecha siguen sucediéndose dehesas en un terreno alomado, en el que encontraremos de nuevo ganadería brava.

Si nos fijamos en los vallados, observaremos el uso de pilotes de granito, el material rocoso que domina en la zona. Pero también veremos muestras de otros muchos usos de esta noble piedra, como comederos y todo tipo de obras o edificaciones.

Y tratando de recursos geológicos nos acercamos a Los Escoriales, donde finaliza el sendero. Se trata de un antiguo enclave minero en donde se extraían distintos tipos de metales. Su nombre deriva de la escoria o residuo de la explotación y tratamiento de los minerales, que aquí se acumulaba.
Fotografías y vídeo: Propios
Texto adaptado