La cueva del Toril, se encuentra en Otíñar en Jaén.
La cueva guarda en sus paredes un secreto: grabados en la piedra, huellas prehistóricas que mezclan la ciencia y la magia.

Es un gran calendario solar, un gran santuario que mezcla varios elementos
Hay pequeños petroglifos que son incisiones en la roca en forma de figuras concéntricas o líneas. Mientras los egipcios estaban construyendo las pirámides, en Jaén, hace miles de años se contaba el tiempo de una forma peculiar.

El castillo de Otíñar fue también punto de vigilancia en el paso entre Granada y Jaén.

Fotografías y vídeo: Propio.
Texto adaptado